Del “América first” al “Israel first”: cómo el ‘sionismo parasitario’ corrompió la política y la moral norteamericana.

¡Bendiciones hermanos!

Saben que en este espacio, dedicado a reflexiones diversas, siempre con  base ‘cristocéntrica’, intento llevarles  un punto de vista diferente de la realidad, reflejando siempre sobre la misma, la figura central de Jesucristo, pues para mí, todo empieza y termina en él.

Hoy amigos, por el título de esta nueva entrada, ya pueden ver que hablaremos un poco de política, y de ninguna manera debe disgustar al cristiano tratar estos asuntos, puesto que los Apóstoles nos dijeron que las autoridades son puestas en sus respectivos lugares por Dios (Romanos 13:1), y debemos rendir cuentas ante ellas, al menos, en este mundo. Por esta misma razón debemos estar atentos a quienes nos gobiernan y ver si realmente cumplen las promesas hechas, o por el contrario, se manejan con intereses que son, muchas veces, los intereses de otras personas, no los de la mayoría de la población que los votó.

Terminada esta introducción vamos a lo que interesa, y lo que hoy nos interesa, nos lleva a poner el foco en la política norteamericana.

El título que elegí es sugestivo, y ello se debe a la enorme contradicción que vemos en la política exterior e interior de los Estados Unidos.

De las ‘promesas’ de campaña de Donald Trump, el “América First” (Primero América), promocionado también con el eslogan MAGA (Hagamos América Grande Otra Vez), queda hoy amigos, luego de destruidos todos y cada uno de sus compromisos electorales, el mismo sin sabor y la desazón de saber que, una vez más, el pueblo norteamericano fue estafado.

La parafernalia y bravuconeada mediática de ‘sacar’ a Estados Unidos de todas las guerras, ‘reducir’ impuestos, ‘reindustrializar’ el país, y traer una ‘era dorada’ como nunca se había visto, han sido, en vistas de la porfiada realidad, un absoluto y completo engaño…

Las guerras continúan, no sólo las antiguas, ahora hay nuevos frentes abiertos; la prosperidad está empañada por una enmarañada trama de aranceles y una guerra comercial que ha demostrado que, los ‘poderosos’ estados unidos de américa, no lo son tanto; la ‘rebaja’ de impuestos favorece únicamente a los más ricos, mientras recorta planes sociales e inversiones necesarias para fortalecer a las clases medias y bajas; la paz social y la cohesión interior están comprometidas por redadas sin fin de ‘inmigrantes ilegales’, y una censura que raya lo más absurdo y vomitivo, para quienes se jactan de ser los ‘adalides’ de la democracia y la libertad mundiales…

A todo esto, comprobamos atónitos, lo que en otro tiempo solo podíamos especular: Estados Unidos ya no dirige su política exterior, y está en entredicho, que sea el que maneja también las decisiones internas… 

¡Fueron colonizados!

Algo, no sé, una especie de “cáncer ideológico”, una bacteria, un ‘hongo’ tal vez…

Amigos, permítanme exponer aquí un paralelismo un poco ‘estrambótico’, por decirlo así.

Quiero que se me entienda muy bien, pues en ningún caso voy a hacer referencia al “pueblo judío” con una “plaga”, o algo por el estilo. No se trata de esto. El paralelismo que quiero establecer aquí es entre la “ideología sionista” y el “hongo” que parasita, controla y maneja el sistema nervioso humano, ese mismo que vemos en la serie postapocaliptica: The Last of Us.

En esta serie, las víctimas siguen vivas, caminan, corren, pero han perdido totalmente su capacidad para pensar, para decidir por sí mismas. Fueron parasitadas por un hongo que ha alienado su mente y su voluntad.

El “hongo” qué parasita a los Estados Unidos es, en este caso, la IDEOLOGÍA SIONISTA.

Hermanos, en esta reflexión expongo mis argumentos con todo respeto, en ningún momento pretendo discriminar a un pueblo o inferiorizarlo usando criterios raciales, culturales, o las retorcidas ‘razones’ que otros (Europeos), en no muy lejanos tiempos, usaron para expoliar y literalmente robar y depredar a Naciones enteras, no sólo arrasando sus recursos naturales, sino menospreciando también su cultura y su religión. Por lo tanto, que no se me acuse gratuitamente de “antisemita”. Sabemos muy bien igual, que toda crítica a Israel ya es considerada antisemitismo… pero el cristiano y ciudadano de bien, e intelectualmente independiente, sabe que digo la verdad y con eso me basta. ¡Continuemos!

Me llama poderosamente la atención el hecho como una Nación tan poderosa y con una identidad fundacional cristiana-protestante tan clara, ha llegado a someter sus intereses nacionales a una ideología y a una agenda extranjera, directamente contrarias al evangelio que dice profesar, y pienso que también, al deseo de los propios ‘Padres Fundadores’.

Ya entrado el siglo XX, es cierto, se van debilitando las estructuras culturales y morales, esos pilares ideológicos de base cristiana, como el temor de Dios, la defensa de la libertad religiosa individual, la moral bíblica, que sustentaron la pujanza y fuerza Estadounidense en los XVIII y XIX, dando paso al relativismo moral y a una cultura materialista.

Pero solo estos fenómenos no habrían bastado para desviar tanto a una nación como Estados Unidos de sus ‘raíces evangélicas’.

La infiltración de la ideología sionista comenzó a hacerse evidente en varias capas de la sociedad, especialmente en las élites económicas, mientras la cultura y los medios masivos de comunicación fueron también cayendo, uno a uno, en poder de un lobby  “cristiano-sionista” que fue infiltrándose de manera subrepticia, casi imperceptiblemente…

En sus comienzos, albores del siglo XX, aún era tímida y bastante solapada esta penetración ideológica.

Pero fue ganando fuerza y llegó a prevalecer, muy especialmente, vuelvo a repetirlo, en las clases dirigentes, primero, debido al “padrinazgo” económico, al financiamiento de los partidos políticos por parte de estos lobbies sionistas (grupos de presión), y su parentesco, luego, con las grandes familias de banqueros y empresarios industriales norteamericanos.

Mientras la influencia económica de los judíos sionistas crecía, la “colonización” ideológica se infiltraba en el evangelio. Los fundadores de la corriente teológica del “dispensacionalismo”, se encargaron de quitarle protagonismo a la Iglesia, para dárselo ahora ‘al pueblo elegido’… 

Y así, de manera imperceptible, solapada, este cáncer ideológico y teológico se expandió por el cuerpo de la iglesia, llegando a ser hoy, una de las corrientes evangélicas más importantes…

Esta estrategia llegó a su punto culminante luego del infausto suceso del holocausto.

No lo niego, no lo minimizo, no tengo palabras para describir el horror que padecieron las comunidades judías en toda Europa, tras los horrores de las políticas de exterminio Nazis…

Pero esto hermanos, por más cruel e inhumano que halla sido, fue lo que le concedió el impulso que necesitaba el ‘ideario sionista’ para llevar adelante sus “macabros” planes de ocupación y luego exterminio en medio oriente.

Y no, no exagero cuando digo exterminio, pues cualquier ciudadano con un mínimo de conocimiento histórico, y un mínimo también de “humanidad”, sabe muy bien que desde 1948, fecha fundacional del Estado de Israel, la ocupación, el desalojo forzoso y el exterminio de las poblaciones autóctonas de toda Palestina y otras regiones de medio oriente, son constantes, contumaces y pautadas por la matanza indiscriminada de mujeres y niños inocentes. ¡Todo con el apoyo incondicional de las clases dirigentes de los Estados Unidos de América!

“Los adalides de la libertad y los campeones en la defensa de los derechos humanos en el mundo…”

La ‘propaganda sionista’, la ‘ignorancia dirigida’ de la sociedad estadounidense, el egoísmo servil de unas clases dirigentes que priorizaron, desde estas fechas, los intereses territoriales, políticos y raciales Israelís por encima de los deseos y expectativas del propio pueblo norteamericano, ha sido una constante hasta nuestros días.

No entiendo cómo sectores enormes de la población estadounidense viven de espaldas a esta terrible realidad, que no representa sus intereses, que ningún beneficio les aporta, y que además, el “apoyo” qué le brindan a este “Estado Terrorista” los deja muy mal parados ante la opinión pública mundial.

Fíjense bien amigos, en 1995 Benjamín Netanyahu (Primer Ministro de Israel), escribía un libro titulado “Figthing for Terrorism”, el título es más largo y lo pueden  googlear si desean. Lo concreto y más sobresaliente en esta obra, es el “mapa geoestratégico” qué delineó Netanyahu en el que aparecen 7 Países, que él consideraba “promotores del terrorismo”. Estos 7 países eran: Irán, Sudán, Siria, Irak, Libia, Afganistán y la Autoridad Palestina.

Presten mucha atención, pues con un poquito de conocimiento geopolitico pueden notar que todas estas naciones no “comulgaban” con el Estado Judío. Y además eran un “estorbo” para los planes ‘expansionistas’ de Israel. ¡Había que destruirlos! ¡Sí! Buscar un “cambio de régimen”, transformarlos en “estados fallidos”, destruirlos política y económicamente.

Fíjense muy bien todas las guerras que ha emprendido en oriente medio Estados Unidos, y valla “casualidad”, estos conflictos, mortíferos y destructivos todos ellos, coinciden con la lista de países trazada por Netanyahu en su libro escrito en el año 1995…

Para el año 2001, 6 años después de la publicación de la obra de Netanyahu, Estados Unidos tenía, según el EXCOMANDANETE DE LA OTAN WESLEY CLARK, una lista con SIETE países a los que “debían invadir”. A la lista de Netanyahu, habría que agregarle nada más Somalia… 

Desde el año 2001 con la invasión de Afganistán, Irak 2003, Libia 2011, países que fueron directamente invadidos por Estados Unidos y su brazo Europeo, la OTAN, y la ayuda encubierta desde luego de Israel, los demás países de la lista fueron “acosados” desde todos lados, con las llamadas “revoluciones de colores” o “primaveras árabes”. Sabemos muy bien que todas estas operaciones, tanto de la CIA, como del MI6 Británico, El MOSSAD y demás agencias de inteligencia occidentales, en estos países árabes, fueron todos, sin exesepcion, GOLPES DE ESTADO encubiertos… 

Éstas son pues, queridos amigos, las políticas exteriores de los CAMPEONES DE LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO OCCIDENTAL.

Queridos hermanos, no se dejen engañar. El llamado “eje del mal”, no nació con Bush, fue planificado por agentes Sionistas y diseñado por Netanyahu y sus cómplices.

Sólo fue posible el desarrollo de este plan, gracias a la infiltración de elementos NEOCON-PRO-ISRAEL en las más altas esferas del la política norteamericana.

Por lo tanto, el tan “aclamado” AMÉRICA FIRST, siempre fue un chiste de mal gusto. Nunca existió en realidad, ni voluntad ni planificación sería, para hacer a “Estados Unidos grande otra vez”. En vez de “PRIMERO AMÉRICA”, hoy estamos en completas condiciones de decir: ¡PRIMERO ISRAEL!

Nunca se tomaron en cuenta los verdaderos intereses del pueblo estadounidense.

Se inundó la nación con una propaganda barata, una idea ajena a sus problemas, a sus intereses y a sus esperanzas de futuro.

Los dirigentes políticos de Washington sumergieron al país en todo tipo de guerras e intrigas, golpes de estado encubiertos, cambios de régimen, que no se debían más que a los intereses directos de Israel.

Pues sí queridos hermanos, nunca hubo un América First, sino un Israel first.

Y lo más desconsolante para mí, y creo también para la Iglesia, todo este mal se hizo con el apoyo incondicional de enormes sectores de la población estadounidense engañados, con sus “conciencias cauterizadas” por la doctrina dispensacionalista, que “desplazó” a la Iglesia para hacer de Israel el “reloj profético” de la historia.

El sionismo copó la política estadounidense y su dinero compró el corazón de muchos de sus legisladores. Poco importa si ganan Demócratas o Republicanos: la política estadounidense está secuestrada, envenenada, parasitada por la ideología sionista, y sus cómplices, ciegos y sordos: los dispensacionalistas. ¡Los famosos CRISTIANO-SIONISTAS!

Los que piensan que apoyando al Estado racista y genocida de Israel están haciendo “la voluntad de Dios”.

Los que proporcionan con sus diezmos y donaciones, los dólares para sostener las guerras permanentes de conquista y exterminio de los Judíos en toda Palestina.

Hermanos, esto no es una nueva entrada con “descargos políticos”. Acá poco importa quiénes están en el poder y las simpatías políticas tampoco cuentan para mí. Da igual quienes gobiernan en Washington.

La política exterior está orientada a un único fin: ¡ISRAEL FIRST!

Y es muy lamentable que la “nación más poderosa del mundo”, haya olvidado sus raíces evangélicas para convertirse en simple parásito transmisor del virus sionista qué, sin dudas, llevará al mundo a la gran guerra de Armagedón.

Que Dios los bendiga y los mantenga a salvo de este terrible y maléfico virus mortal llamado sionismo.

 

Fernando Acuña.

 

 

 

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