“Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.” Génesis 2:8-9

¡Bendiciones queridos hermanos!

Hoy quiero tratar un asunto apasionante con todos ustedes.

He leído bastante y quiero compartir con ustedes unas reflexiones acerca de este famoso “árbol de la ciencia del bien y del mal” que tantos ríos de tinta ha hecho correr a lo largo de los siglos. Ustedes han visto que el título que elegí, dice bastante de hacia dónde pretendo llevar estas reflexiones.

En algún momento, los cristianos nos hemos hecho estas incómodas preguntas: ¿qué era este árbol? ¿Cómo era este fruto, pues no se nos dice qué es específicamente?

¿Existe algún árbol, algún fruto que pueda contener el conocimiento del bien y del mal?

Y sí, parece un sin sentido pues… ¡En la naturaleza no existe el tal árbol!

Al hacernos estas preguntas, comenzamos a ver, a ‘entender’, de que la cosa aquí encierra una enseñanza oculta…  hay algo oculto en esta metáfora…  hay algo que necesita ser pensado, meditando profundamente.

Y el lenguaje y las figuras retóricas utilizadas por los escritores bíblicos, cuando las meditamos con paciencia y discernimiento, comienzan a abrirse frente a nuestros ojos, mostrando nuevos caminos de comprensión, de entendimiento.

Hermanos, quiero comenzar diciendo en ‘defensa’ de Dios, y no porque Dios necesite que algún hombre lo defienda, que la presencia de un ‘árbol del conocimiento del bien y del mal’ en el jardín del Edén, no era una mera ‘arbitrariedad’ del Señor. Dicho árbol, no fue puesto en el jardín como un lazo…  recuerden: “A Dios no lo tienta la maldad, ni tampoco Él tienta a nadie”. (Santiago 1:13)

A mi entender, el árbol representa el LÍMITE MORAL entre la criatura y el creador.

Es como si Dios le estuviera diciendo al hombre: “Yo soy la fuente de toda bondad y de todo juicio moral. Si permaneces en comunión conmigo siempre te guiare a toda la verdad y la justicia no se apartará de ti”.

Al prohibir el fruto de dicho árbol, Dios estaba indicando al hombre y la mujer un LÍMITE: “No es conveniente que juzguen  por ‘sí mismos’ qué debería ser tomado como bueno o malo”.

Esa ‘independencia moral’ no traería beneficio alguno, es más, la advertencia era terrible: “Porque el día que de él comieres ¡Morirás!”

O sea: “No me desobedezcas. No quieras convertirte en tu propio juez. No pienses que tu conciencia es más elevada, sabía y digna qué la mía…”

Por lo tanto podemos ver que el árbol de la ciencia del bien y del mal, no es alguna especie de vegetal con ‘propiedades mágicas’, sino que dicha expresión: “árbol del conocimiento del bien y del mal”, es una metáfora que abarca la capacidad de juicio moral total, es decir, decidir por cuenta propia lo que está bien y que está mal, fuera de la guía divina.

En otras palabras, tomar la ‘decisión’ de desobedecer, ‘ELEGIR’ desobedecer el mandamiento divino, significaba asumir la autoridad moral que le corresponde únicamente a Dios. Para ser más precisos, si se quiere, fue el intento humano de “ser como Dios”, pero sin Dios… (Génesis 3:5). Con lo cual concluimos que la serpiente tuvo un éxito avasallante en su juego de seducción, al tentar a la mujer y, de rebote, hacer que esta haga caer también al hombre.

No vamos a entrar aquí en la discusión del papel que jugó satanás en esta jugarreta… 

Miren hermanos, yo pienso que Dios es tan Justo y Bueno, indescriptiblemente Justo y Bueno que, sabiendo, omnisciente como lo es, sabiendo digo, TODO lo que iba a suceder en el tierra y los cielos, creo a Ángeles, Tronos, Potestades, Principados y luego toda la vida visible que habita este planeta, incluyéndonos a nosotros los seres humanos, y nos dejó ELEGIR LIBREMENTE todo aquello que pensábamos que era lo mejor…

¡Dios es LIBERTAD!

Pues queda comprobado desde el principio de todas las cosas: el hombre no había sido creado aún y ya habían Ángeles condenados por su soberbia, porqué ELLOS DECIDIERON DESOBEDECER…

Luego vemos todo el drama cósmico qué se desencadena con la humanidad vacilante, tentada a la desobediencia por fuerzas superiores, es cierto, pero ELIGIENDO TAMBIÉN LIBREMENTE DESOBEDECER.

Dios ha dejado libre a toda su creación para escoger de qué lado quiere estar. Pero se ha reservado toda la AUTORIDAD y el JUCIO que le corresponden como el ÚNICO POTENTADO, DIOS CREADOR DE TODO Y DUEÑO DE TODO, NO HABIENDO NADA NI NADIE COMO ÉL.

Por lo tanto hermanos, vemos que el pecado original no fue solamente un acto de desobediencia. Fue un cambio dramático en la concepción misma de la justicia: dejamos de confiar en el juicio y la justicia de Dios para depender de nuestra capacidad de establecer qué es justo, bueno o malo, según nuestra percepción… abriendo las puertas al relativismo moral, al egoísmo y al caos ético en el que nos encontramos sometidos.

Pablo lo expresa claramente En Romanos 10:3: “Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios”.

Hermanos, este árbol del conocimiento del bien y del mal, representa una frontera espiritual que la humanidad nunca debió cruzar, porque al hacerlo se separó del criterio Divino y cayó en la trampa de su propio ORGULLO…

Y las consecuencias de esta desobediencia no fueron sólo la pérdida de la comunión con el Espíritu de Dios, sino la EXPULSIÓN DEL REINO GOBERNADO POR DIOS.

Porqué no olvidemos que antes de la caída, el hombre vivía plácidamente bajo la justicia y el gobierno directo de Dios.

Eso mismo hermanos, con Adán fuimos expulsados del Gobierno Divino: Dios no nos abandonó, más nos dejó probar los sin sabores de nuestra propia elección.

Y el hombre creo un “mundo” en el cuál él fue el árbitro de lo bueno y lo malo… ya desde el principio de la historia vemos a Caín asesinando a su hermano y huyendo… este es el resultado de la justicia limitada y deficiente de una humanidad herida en su conciencia y caída en desgracia.

Pero hoy hermanos, hoy, vemos algo parecido a lo sucedido en el antiguo Jardín del Edén entre nosotros…  se oyen murmullos de la antigua serpiente, se siente un tufillo a justicia propia en el aire…

Las mismas mentiras disfrazadas de:

-Autoconocimiento…

-No existe pecado, sólo ignorancia…

-La Divinidad está en ti, sólo tienes que activarla…

-No necesitas un Salvador, sólo tienes que despertar…

¿Lo ven hermanos?  El mismo árbol del Edén, con nuevos frutos, con nuevas promesas, pero con el mismo veneno mortal en su raíz: “Tú puedes ser como Dios, sin Dios…”

Es la NUEVA ERA, es la LEPRA ESPIRITUAL de la nueva era atrayendo a la decadente civilización occidental, otra vez a la misma y vieja trampa del orgullo y autodeterminación.

Bajo las etiquetas de “sanación cuántica”, “alineación energética”, “reconexión con tu Divinidad interior”, “conexión con tu yo superior”, “vibraciones elevadas”, “manifiesta tu realidad”, “la verdad está en ti”… se esconde el engaño, tildado de “iluminación”.

Hermanos, en otro post yo llamo a estos embusteros, los “idólatras del yo”. No creo haberme equivocado, es más, cada día veo las mentiras de estos EGÓLATRAS y comprendo que el fin último que persiguen es perder al mayor número de personas posibles: el culto a SÍ MISMOS, disfrazado de “iluminación”, “despertar de la conciencia”, exaltándose a sí mismos como su Propio Dios, pero sin necesidad de CRUZ, de ARREPENTIMIENTO , de REDENCIÓN…

Este “nuevo yo iluminado”, hasta se parece a una parodia del NUEVO NACIMIENTO CRISTIANO: pero este “nuevo nacimiento” no se alcanza por Gracia divina, a través del Espíritu Santo y la fe en la Verdad de Dios Revelada, sino a través de técnicas, meditaciones, alineaciones energéticas, vibraciones altas, energías, manifestaciones, decretos, etc…

Para estas personas el pecado “no existe”, el “juicio se niega”, y “la redención ya no se necesita”, porque SUPUESTAMENTE, NUNCA PECAMOS, NUNCA CAÍMOS, SOLO ESTAMOS DORMIDOS…

Hermanos, este “yo iluminado” es el MISMO YO CAÍDO DEL EDÉN. Es el mismo VIEJO HOMBRE ROTO, destartalado, confundido, contrariado y herido en sus emociones y conciencia. Pero ahora nos lo presentan como MAESTRO ASCENDIDO…

El “yo iluminado” de las religiones de la nueva era, no ha vuelto a Cristo para buscar arrepentimiento, perdón y salvación. Se han endurecido en su exilio…  la serpiente sigue gobernando los corazones de los hombres en este mundo y muchos están tomando el camino ancho de la perdición.

Hermanos, vuelvo a llamarles la atención : ¡abran los ojos! ¡Estén atentos sus oídos a la verdadera palabra de Dios!

¡Huyan de estos EGÓLATRAS!

Para los que aman al Señor Jesús la verdad es sólo una, clara y contundente:

 “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. (Juan 14:6)

El verdadero Evangelio nos dice: “Muere a ti mismo. Toma tu cruz y sígueme”.

Jesucristo no vino a ILUMINAR EGOS, vino a SALVAR PECADORES.

EL EVANGELIO VERDADERO DICE: ¡MUERE CON CRISTO Y RESUCITA CON ÉL!

Hermanos Dios los bendiga, en el nombre de Jesucristo. AMÉN.

Fernando Acuña.