¡Bendiciones hermanos!

Nuevamente vengo a ustedes hoy con unas breves palabras acerca de una frase que escribí en una entrada anterior; esa frase decía:

“La sombra no se ‘integra’ se ‘entrega’”.

Decidí escribir sobre esto debido a la cantidad de videos subidos a distintas redes sociales en los que se aborda el tema de la ‘conciencia’, del ‘autoconocimiento’, del análisis de uno mismo, del conocimiento de uno mismo…

Pienso, y lo vuelvo a repetir, que en el mundo entero no hay forma de perdición y engaño más elaborados que esto.

Ni el sectarismo evangélico en sus peores formas se puede igualar al ‘llamado’ de las ‘nuevas sectas’ de las religiones y movimientos espirituales del “Yo” de la nueva era.

Este llamado consiste en invitar a los hombres a ‘mirar hacia dentro’, y descubrir que la ‘Plenitud’ de la vida está en su propio interior…  ¡No necesitamos nada, estamos completos tal cual somos!

Este es su lema, su grito de guerra.

Hermanos, no hay nada hoy en el mundo que se iguale a esta forma de engaño.

Estos nuevos ‘sectarios de yo’ presentan sus enseñanzas con mucho cuidado, son lobos vestidos en pieles de corderos…

La idea final es extraviar al mayor número posible de hombres y mujeres que caigan en su red de mentiras. La principal de ellas, no es nueva, es la misma que usó la “serpiente” en el edén: “Seréis como Dios”. (Génesis 3:5)

Y ¿cuál es esa mentira que presentan ahora como ‘nueva’?

“Si Integramos nuestra ‘Sombra’ lograremos el equilibrio entre luz y oscuridad en nuestro interior, qué nos permitirá vivir desde nuestro ‘Yo auténtico’, una vida plena de felicidad y aceptación”.

Para los que aún no saben de que hablo, aquí va una breve explicación: este concepto de “sombra” fue propuesto por el Psicólogo Suizo Carl Jung. Es una de sus teorías principales y en ella afirma que todos los seres humanos tenemos un lado oculto en nuestro inconsciente al que él llamó Sombra. Esa sombra incluye todas las cosas que reprimimos y negamos en nosotros mismos y tratamos de esconder muy profundamente. Pero también esta sombra contiene elementos positivos como talentos y creatividad.

Según Jung la mayoría de nosotros no logra encauzar su vida, ni mucho menos vivir plenamente, porque no es consciente de que actúa desde patrones mentales que están ocultos en su inconsciente. Es como vivir en piloto automático: hago cosas, pero no entiendo bien porque las hago o repito siempre los mismos hábitos y conductas destructivas… Jung nos dice que actuamos desde las heridas y traumas del pasado, que hemos ocultado dentro de nosotros por el dolor y la incomodidad que nos causa tener que tratar con ellos.

Esto genera una ‘dualidad’, estamos como divididos en nuestro interior y no podemos conectar con nuestro ser más auténtico, más genuino. Él lo llamó el Self (Yo auténtico).

¿Cuál es el remedio entonces, según Carl Jung, para que podamos vivir en plena armonía con nuestro Yo más auténtico?

¡Integrar esa sombra a nuestra personalidad! Para ser ‘completos’ debemos ‘aceptar’ e ‘integrar’ todo  lo que está oculto en nuestro inconsciente: “Hacer consciente lo inconsciente». He aquí otra de sus frases…

Hermanos, ustedes pueden estar de acuerdo sí o no con las enseñanzas de este hombre. Lo que ustedes no pueden aceptar, si es que creen en Jesucristo, es que halla algo de verdad en todo este método de plenitud y autosuficiencia.

Primeramente, ustedes que creen, porque yo le escribo a personas que conocen la fe de Jesús, saben muy bien que fue necesario que Cristo viniera a la tierra como Hombre, y más necesario aún, que entregara su vida por nosotros en el madero de tormento. ¿Por qué?

¡Porqué nosotros no podemos salvarnos a nosotros mismos!

No tenemos condiciones de presentarnos delante de Dios y mostrarle nuestras grandiosas buenas obras, hechas en nombre de nosotros mismos… 

Hermanos, el evangelio nos muestra un camino completamente opuesto al que nos enseñan los hombres modernos, influenciados por la psicología moderna secular y los ‘sectarios de yo’.

Esta ‘sombra’ como les dije más arriba, no sólo contiene aspectos reprimidos de nuestra personalidad, heridas, traumas, sino que también contiene nuestros defectos, pasiones desordenadas, corrupciones, impulsos, envidias, rencores, odios, enemistades, etc…

Los ‘sectarios del yo’ nos piden que abracemos  todo lo que encontremos en nuestro interior y lo integremos para lograr la unidad de la consciencia.

Hermanos, el paralelismo es evidente: esta ‘sombra’, no es más que nuestra ‘naturaleza caída’. Es el viejo hombre que Cristo nos llama a crucificar junto con todas sus pasiones y deseos.

Mientras los sectarios del yo, basados en las enseñanzas de Jung, nos dicen “Abraza tu Sombra”, Jesús nos dice “Toma tu Cruz”.

¡Son caminos opuestos!

“Abrazar tu sombra” te lleva a hacer las pases con lo que eres. Y sabemos lo que somos sin Cristo: ¡Hombres y mujeres pecadores, muertos espiritualmente, alejados de la misericordia de Dios y enemigos en nuestra mente!

En cambio el evangelio nos llama “morir a nosotros mismos”, para “Renacer en Cristo” por el poder de su Espíritu.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas”. (2 corintios 5:17)

Hermanos, estos lobos vestidos de cordero los llaman a ‘abrazar’ su naturaleza caída, a aceptarla…  pero Cristo nos llamó a negarla:

-¡YA NO VIVO YO, MÁS VIVE CRISTO EN MÍ! (Gálatas 2:20)

-“PÓNGANSE LA NUEVA NATURALEZA, CREADA PARA SER A LA SEMEJANZA DE DIOS, QUIÉN ES VERDADERAMENTE JUSTO Y SANTO”. (Efesios 4:24)

-“LOS QUE PERTENECEN A CRISTO JESÚS HAN CLAVADO EN LA CRUZ LAS PASIONES Y LOS DESEOS DE LA NATURALEZA PECAMINOSA, Y LOS HAN CRUCIFICADO ALLÍ”. (Gálatas 5:24)

Los ‘sectarios modernos del yo’, buscan abrazar, aceptar e integrar a un ‘yo herido y oscuro’.

En cambio el evangelio de nuestro Señor Jesucristo lo lleva a la cruz, desde dónde RENACERÁ un “hombre nuevo, libre y lleno de luz”.

Hermanos: el EVANGELIO de Cristo no es ‘terapéutico’, ES TRANSFORMADOR.

No es un proceso de ‘autoaceptación’ qué conduce a la ‘autosuficiencia’ (tengo todo lo que necesito en mí para ser pleno y feliz, dicen ellos).

El EVANGELIO ES UN CAMINO DE ENTREGA, RENDICIÓN Y RESURRECCIÓN.

«Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en Él, habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estais completos en Él, que es la cabeza de todo principado y potestad». (Colosenses 2:8-10)

Hermanos, Dios los bendiga y los guarde de la levadura de los estos nuevos sectarios e idólatras del yo.

Fernando Acuña.