“…Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”.

¡Bendiciones queridos hermanos!

Qué la presencia de Cristo sea gratificante en este día, y que él, a través de su infinito amor y misericordia, llene sus vidas con todo lo bueno de su Santo Espíritu.

Cuánto me costó entender esta realidad espiritual queridos amigos… (Mateo 11:29-30)

No son muchas mis palabras en este día, pero sí muy sinceras.

Durante años estuve atado a toda clase de conducta perjudicial, como oveja que va derecho al matadero, así mismo transcurrieron años y años de mi vida…

No entendía, tampoco quería entender…

Obstinado en mis propios pensamientos corruptos, vagué por muchas zonas oscuras, deseando únicamente lo que me hacía daño y me apartaba de Dios…

Amando mis cadenas y siendo muy amigo de mis pecados, sin saber que éstos eran mis  propios verdugos…

Así, sin pena ni gloria, cargando una gran mochila de vergüenzas y despropósitos, pasamos por esta vida, y lo digo sin sombra de dudas, que si Dios no nos AMARA TANTO y no viniera ÉL mismo en nuestro rescate, no tendríamos la menor condición de, siquiera ver, el pantano inmundo en el que nos encontramos hundidos.

Lo más increíble de todo esto hermanos es que a pesar de nuestra ceguera espiritual, de todos los dolores, sin sabores y calamidades que el pecado trae a nuestras vidas, somos ABSOLUTAMENTE INCAPACACES de ver o entender nuestra miserable condición, y más bien nos parece que sólo debemos corregir esto o aquello otro, y todas las cosas se arreglarán como por arte de magia… 

¡Es el clásico remiendo nuevo en vestido viejo!

Buscamos mil formas diferentes de hacer las cosas a nuestra manera sin preguntar por Dios, muchas veces, aún aquellos que dicen ser ‘cristianos’, están poseídos por este mismo espíritu de ‘independencia’. Actuamos como si nuestro criterio, nuestra razón, fuera superior al conocimiento y entendimiento de Dios, quién es el Único que realmente sabe lo que es mejor para nosotros.

Porqué algo me han enseñando mis propias tribulaciones y dificultades que he encontrado y enfrentado a lo largo de esta vida hermanos: “Nosotros NO SABEMOS qué es lo mejor para nosotros mismos”.

Sí, yo sé que más de uno dirá que debemos tener alguna independencia y actuar conforme a nuestras convicciones, que Dios no nos daría libre albedrío si no confiara en que podemos tomar decisiones correctas sin su ayuda…

Y esto, según mi opinión, es un grave error. Nosotros no sabemos qué es lo mejor para nosotros mismos, sin antes estar alineados con el Propósito de Dios para nuestras vidas.

Mientras sigamos viviendo con nuestras propias reglas, mientras sigamos viviendo y equivocando el camino con nuestras propias malas decisiones, no vamos a saber qué es lo que Dios quiere y espera de nosotros.

Mientras sigamos creyendo y pensando que nuestra moral y ética mundanas son superiores a la palabra de Cristo, no entenderemos ni encontraremos el camino correcto.

Es necesario que nos rindamos a la voluntad de Dios, que nos entreguemos completamente, que nos despojemos de nosotros mismos, que sea el NUEVO HOMBRE, la NUEVA CRIATURA, la que dirija y guíe nuestra conducta.

Todo lo demás debe quedar atrás. En Cristo, todos y todas somos hechos nuevos, a imagen de Dios, aceptados por Él, gracias a Jesucristo. Es Cristo viviendo en nosotros y nosotros unidos profundamente a Él en el poder del Espíritu.

Es a través del Espíritu Santo que vencemos aquello que nos ha vencido toda la vida: “La carne, el viejo hombre”.

Y es ahí cuando entendemos las palabras de Jesús: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”.

Hermanos, estamos cansados, fatigados, sin aliento ya de tanto luchar y resistir al Espíritu Santo, es momento de rendirse, no a un AMO que nos esclaviza, nos maltrata y nos mata día a día, como lo es el Pecado a quién hemos servido…

Es necesario rendirse a Dios, a Cristo, es necesario obedecer a Dios de todo corazón. Su yugo es dulce, su carga ligera…

El pecado nos tiene acalambrados, dolidos, contracturados, casi sin respuesta, y los remedios que buscamos sólo nos hunden más en la desesperación, pues nos hacen confiar en nosotros mismos en vez de atraernos a Dios.

La palabra de Dios nos libera, nos levanta, nos da ánimo para encarar la lucha espiritual diaria con más fuerza, rejuvenecidos, con gozo y alegría en el corazón.

En cambio el pecado nos hace obstinarnos en nuestros errores, repitiendo día a día las mismas cosas, las mismas narrativas, los mismos patrones de pensamiento, encerrados en una cárcel mental sin ver ni entender cómo ni por qué reiteramos los mismos fracasos…

Hermanos, Jesús nos dijo que “Conoceremos la Verdad, y la Verdad nos hará libres”.

Esta es la Verdad que nos hace libres: “Sólo Dios puede mostrarnos todos aquellos patrones mentales que el enemigo utiliza para esclavizarnos”. El pecado es un engaño y el engaño qué produce el pecado genera muerte espiritual.

Cuando entendemos que sólo la palabra de Dios nos hace libres y que vivir por el Espíritu nos mantiene en su palabra y voluntad, entonces estamos caminando el camino correcto.

Hermanos, yo sé que el enemigo les dirá que en este proceso ustedes “perderán” mucho…  mucha vida…  mucha libertad…  independencia…  autonomía…

Pero todo forma parte de su GRAN ENGAÑO MENTAL.

Si aprendemos a confiar en Dios y a depender de Él, seremos VERDADERAMENTE LIBRES.

Por nosotros mismos no podemos ni tenemos las fuerzas para luchar solos contra la carne y sus deseos… ¡Pero en Cristo Jesús SÍ!

“Si por el Espíritu haces morir las obras de la carne, viviréis”. (Romanos 8:13)

El ‘yugo’ de Cristo es LIBERTAD, es amor, gozo, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, fe, esperanza.

Hermanos vengan confiados al Señor Jesucristo, entréguenle sus cargas, dejen de lado el yugo del pecado que los agobia, enferma y deprime y tomen el Yugo de Cristo que es amor y bondad.

Dios los bendiga con su presencia en sus vidas. Amén

Los saluda Fernando Acuña.

 

Avatar de Desconocido

About Fernando Acuña

Deseo compartir esta Información con el mayor número posible de personas. No persigo ninguna finalidad lucrativa ni sectaria... Mi único interés, es dar a conocer esta gran revelación. Que Dios los bendiga a todos ustedes que visitan esta página.
Esta entrada fue publicada en Espiritual, la mente de cristo, Reflexiones, Reflexiones Espirituales, Teología, Vicios y Pasiones y etiquetada , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario