“No se les pide que ‘sigan a los seguidores de Jesucristo’, se les pide que ‘sigan al mismísimo Señor Jesucristo’”.

Qué tontos son todos aquellos que abandonan su fe o dejan de concurrir a sus iglesias porque vieron a otros ‘creyentes’ comportarse indebidamente y no seguir en su vida diaria, aquellos principios que dicen profesar y creer.

¡Las personas que se apartan de Dios por estas cosas, se decepcionan con Cristo y no con los hombres que le fallan a Cristo! ¿Qué culpa tiene el Señor de que muchos hombres sean hipócritas e infieles?

El pueblo de Cristo debe entender que su misión es seguir y guardar las enseñanzas de su Maestro por encima de cualquier otra cosa.

Ustedes han recibido el Espíritu Santo de Jesucristo mismo, ya tienen todo lo que necesitan para poder obedecer a Dios de la manera que a Él le agrada, ustedes sirven a Dios por medio de Cristo, en Espíritu y Verdad.

No tienen que fijarse en cómo vive fulano o mengano: “Cada uno recibirá el justo pago por sus obras, en el Gran Día del Juicio de Dios”.

Es más queridos hermanos, debería ser motivo de reflexión para ustedes el hecho de ver (de manera cada vez más abundante hoy en día) en sus iglesias, a muchos que dicen ser cristianos de corazón, pero la manera en que viven dice lo contrario.

“Esas personas salieron de nuestras iglesias, pero en realidad nunca fueron parte de nosotros; de haber sido así, se habrían quedado con nosotros. Al irse demostraron que no eran parte de nosotros” (1 Juan 2:19).

“Pues muchos son los llamados, pero pocos los elegidos” (Mateo 22:14).

Estos versículos nos advierten y amonestan a que estemos muy atentos a quiénes tenemos alrededor.

Si alguno dice ser cristiano pero vive de manera desordenada y en pecado, no hay evidencia tangible de que esa persona haya nacido de nuevo, por lo tanto, ya sabemos que no podemos ni debemos seguir los consejos de tales personas. ¡El árbol se conoce por sus frutos!

Así ese hombre concurra a su iglesia diariamente, o valla a sus reuniones, dónde quiera que estén, ¡no importa! Ese hombre vive en pecado, anda en oscuridad y no conoce a Jesucristo: “Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad; pero los que obedecen la palabra de Dios demuestran verdaderamente cuánto lo aman. Así es como sabemos que vivimos en él. Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió” (1 Juan 2:4-6).

No hay excusas hermanos, si alguien dice que es cristiano, debe vivir como Jesús vivió.

Si ustedes estudian y meditan de corazón en la palabra de Señor, Él les mostrará quiénes le pertenecen y quiénes no. ¿Cómo lo sabrán? Ustedes lo sabrán  porque ustedes guardan las enseñanzas de Cristo y las obedecen de todo corazón, mientras que los que se hacen llamar ‘hermanos de fe’, ‘cristianos renacidos’, y viven en pecado y desobediencia, poco o nada de cristianos, y menos aún de renacidos, tienen…

Hermanos, no deben decepcionarse con Dios por culpa de la infidelidad y desvergüenza de muchos descarados y atrevidos cuyas vidas son un insulto a Nuestro Señor Jesucristo.

Ya sea una persona “común” en la iglesia, o hasta el mismo “pastor” de la iglesia, el que viva en pecado y desobediencia, ustedes no deben escandalizarse a causa de la conducta de estas personas, ni apartarse de Dios por causa de ellas. Hoy en día es común ver tanto relajamiento en las iglesias, empezando por sus “líderes”… ¿Qué se puede esperar de una comunidad de fieles, si su guía es ciego, y lo único que desea es hacerse rico saqueando y robando a los creyentes?

¡SUS OJOS DEBEN ESTAR PUESTOS EN JESUCRISTO!

Por los intereses de sus almas queridos hermanos, yo les recomiendo que se concentren en vivir el evangelio de Cristo con todo su corazón y todas sus fuerzas.

No me importa si en la iglesia a la que voy hay gente que vive en pecado, ¡Yo viviré como mi Señor Jesucristo me ordena! No me importa si he descubierto que el “pastor” de mi congregación es un adúltero ¡Yo viviré como mi Señor Jesucristo me ordena! No me importa si mis ‘conocidos incrédulos’ se burlan de mí fe a causa del mal comportamiento que ven en aquellos que se dicen cristianos ¡Yo viviré como mi Señor Jesucristo me ordena!

Es cierto que muchos incrédulos se ríen de la fe cristiana y la desprecian, porque ven que muchos de los que van a las ‘iglesias’, y se tienen por ‘piadosos cristianos’, son en realidad “malas personas, egoístas, avaros, no tienen bondad en sus corazones, y en todo, sus vidas no se diferencian en nada de la de los paganos y ateos”… ¡Hay muchos que viven en los templos e iglesias, y son peores personas que los ateos y paganos que no conocen a Dios!

¡Esa gente tendrá su recompensa! ¡Su castigo viene a caballo! Como dice el dicho…

Es imposible que estas personas se burlen de Dios y sean causa de tropiezo, tanto para los creyentes, como para los que aún no conocen al Señor. ¡Su castigo será doble!

Ustedes hermanos de Fe en Cristo Jesús, busquen seguir únicamente a Jesucristo. ¡Que Jesús sea el FARO que GUÍA sus vidas!

Hermanos no se sientan nunca humillados por esta clase de gente, ni les preocupe la posición social que tienen estas personas o aún que cargo y asiento ocupan en las ‘iglesias’… ¡Porqué muchos de estos descarados tienen “buena posición social y dinero”, mas no tienen a Cristo en sus corazones!

¡Los más fieros enemigos de la Iglesia están en el mismo seno de las congregaciones! ¡Son todos aquellos que se hacen llamar cristianos pero niegan a Cristo con su conducta y su vida!

La religión cristiana no se trata de posición social: ni cuánto tenemos ni cuánto poseemos. Tampoco se trata de cuánto sabemos: no se nos pide que seamos enciclopedias vivientes, Master en Teología, ni nada por el estilo. No se trata tampoco de lo que hacen los demás, ¡sino de lo que hago yo!

La vida cristiana se trata de vivir sencillamente el evangelio predicado por Jesucristo y los Apóstoles. Leer y meditar diariamente la palabra de Dios. Creer y confiar en Jesucristo siempre y bajo cualquier circunstancia, tratar de vivir en paz con todo el mundo, y seguir únicamente a Nuestro Señor.

Nadie nos mandó seguir a los ‘seguidores de Jesucristo’.

Jesucristo nos pidió que lo siguiéramos a Él, que nuestros ojos estuvieran puestos en Él, y nuestros corazones descansaran solamente en Él.

Ahora, si vemos en los hermanos de fe en Cristo, una conducta digna de nuestro Señor, entonces, hagamos todo lo posible por mantenernos unidos y en comunión unos con otros, porque esta es la voluntad del Señor.

DIOS LOS BENDIGA. AMÉN.

Fernando Acuña.

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