Queridos hermanos de Fe en Cristo Jesús, bendiciones.

¡Qué hermosa es la palabra de Dios, cómo ella nos libera del pecado y desmonta los engaños de los hombres, dejando sus argumentos y su sabiduría por el suelo!

En la Primera Epístola a los Corintios del Apóstol Pablo, encontramos está ‘curiosa’ definición del Plan de Dios para Salvar a los hombres: “Ese plan «ridículo» de Dios es más sabio que el más sabio de los planes humanos, y la debilidad de Dios es más fuerte que la mayor fuerza humana” (1 Corintios 1:25 Nueva Traducción Viviente).

¡Qué difícil es para los hombres que no conocen ni aceptan a Jesucristo como su Salvador entender el Plan de Dios para salvar al ‘mundo’!

El ‘mundo’…

¿Qué  es el mundo?

El ‘mundo’ tal cual nos es descrito en la palabra ‘No’ es el ‘planeta tierra’. El planeta, la naturaleza y toda su exuberancia, ‘declaran a gritos’ que la ‘creación’ obedece a una ‘Mente Suprema’; Todo fue creado por un Dios Omnipotente, del cuál no podemos hacernos la más mínima pálida idea, si queremos, con nuestra mente carnal, intentar entender el origen del universo y toda la diversidad de vida que habita esta ‘hermosa casa’ que llamamos planeta tierra.

Y esto es así porque Dios mismo lo dispuso, y no sólo dispuso que, a través de nuestro pobre entendimiento, no pudiésemos abarcar su Inmensidad, sino muy especialmente, porque el hombre ‘desde el comienzo’, decidió desobedecer y seguir su propia voluntad y razonamiento, desechando la sabiduría Divina.

¡Ya que el ‘primer hombre’ tomó la decisión de ‘caminar sólo’ por la tierra, siguiendo sus propios consejos, Dios decidió abandonarlo a su ‘sola razón’!

Y la ‘sola razón’ del hombre, ha creado y le da sentido, a la palabra que conocemos como ‘mundo’, esto es: “La sociedad humana sin Dios”.

Desde el momento en que el hombre y la mujer decidieron desobedecer a Dios, todos sus descendientes se hicieron partícipes de su desobediencia. Es cierto que Dios se ‘reservó’ desde siempre un ‘puñado’ de fieles y leales servidores. Ellos fueron siempre los ‘testigos’ del amor de Dios por los hombres y la más clara manifestación de que Un Día, Él traería Justicia y Juicio sobre toda la humanidad pecadora y desobediente. Este puñado de fieles testigos ha existido siempre por la gracia de Dios, desde Abel, Enoc, Noé y su familia, Abraham, Isaac y Jacob, José, Moisés, Josué, todos los Jueces y David, todos los Profetas, y todos aquellos del Pueblo escogido por Dios. Todos aquellos Israelitas obedientes que guardaron la palabra del Señor con un corazón sincero, hasta los días de la manifestación de Nuestro Señor Jesucristo.

Dado el rechazo del Mesías por parte de Israel, toma su lugar la Iglesia, la congregación de fieles que recibieron y reciben diariamente a Jesucristo como su Libertador y Redentor.

Tenemos entonces hermanos, que Dios nunca ha abandonado a sus Escogidos. Lo que empezó con Israel, termina con la Iglesia. Es decir, Judíos y Gentiles que reciben a Jesucristo, todo el ‘Israel de Dios’.

¿Por qué hago este repaso? Porque quiero que entiendan que siempre hubo una diferencia entre el ‘mundo’, compuesto en su mayoría por hombres opuestos a Dios, y el ‘remanente’ de fieles y escogidos, ese ‘puñado’ de hombres y mujeres que han decidido seguir a Dios y a Jesucristo sin reparar en sus vidas, cosechando el desprecio de los que habitan este mundo…

Ahora que sabemos qué es el mundo, y vimos también, que no todos los que formaron parte del pueblo de Israel fueron ‘elegidos’ por Dios (lo mismo pasa con la ‘iglesia’, no todos los que la integran son escogidos por Dios), somos capaces de entender por qué, tanto para el mundo como para los Judíos, el Plan de Dios suena a “ridiculez”.

El mismo Apóstol nos lo dice, la predicación del Evangelio: “Es ridícula para los judíos, que piden señales del cielo. Y es ridícula para los griegos, que buscan la sabiduría humana. Entonces cuando predicamos que Cristo fue crucificado, los judíos se ofenden y los gentiles dicen que son puras tonterías” (1 Corintios 1:22-23).

El ‘mundo’ hermanos, el ‘hombre carnal’, la sociedad sin Dios, no puede creer el Evangelio. Para ellos es locura y tontería. ¿Cómo puede salvarnos Dios, si es que existe (se preguntan), a través de la muerte de una persona? ¿Cómo la ‘muerte’ de una persona puede traernos la vida?

¡Suena a Locura, Charlatanería! ¡No lo pueden recibir!

Y esto no es de hoy, ya lo vemos descrito desde los orígenes mismos de la Iglesia. Pablo nos dice que a él lo llamaban de charlatán, y que cuando habló de la resurrección de los muertos en el Areópago de Atenas, los hombres se reían… (Hechos 17:16-33).

El mundo solo recibe las cosas del mundo. El mundo, busca gente que le agrade y que le sea fiel a sus propios intereses… ¿Los intereses de quién? ¿Quién tiene intereses en que los hombres vivan apartados de Dios y de Jesucristo?

Bueno, aquí volvemos brevemente al ‘comienzo’. Porque es cierto que el ‘primer hombre’ desobedeció, más hubo alguien que conspiró, y conspira, desde aquél lejano comienzo, porque ‘no quiere estar sólo’… No puede soportar su propia soledad y condenación… Y no conforme con rebelarse contra la Autoridad Suprema de Dios, arrastró en su rebelión a una ‘tercera parte’ de los Ángeles del cielo… y fueron todos arrojados abajo, al abismo, y una sentencia de condenación eterna los aguarda, y mientras ella no llega, el gran enemigo de la raza humana, Satanás y sus secuaces, conspiran contra los planes de Dios y tienen a la mayoría de los hombres esclavizados en el pecado y la rebelión. Y en aquél ‘plácido Jardín’, envenenó los corazones del hombre y la mujer, y hoy, los descendientes de todo el género humano, ‘sin Dios’, solo tienen aquél ‘veneno de la rebelión’ en sus corazones…

Ésta es la parte principal, esta es la parte que ustedes deben entender, para que puedan comprender cómo actúa el ‘Príncipe de este mundo’, sobre las mentes de los hombres y los estorba, no les permite discernir sus propios errores, sus malos caminos y  decisiones. Su gran objetivo es mantenerlos completamente entretenidos con las distracciones que el ofrece y que olviden que pronto vendrá el final de su ‘gran circo’. Los convence, a través del endurecimiento que causa el pecado, de que no existe Dios, no hay ni habrá cuentas que rendir, y que solo tenemos esta vida…

El ‘Príncipe de este mundo’, Satanás, tiene cautivas las mentes de los hombres. El ‘sistema mundano’ creado por satanás para regir a la humanidad es absolutamente opuesto a los planes de Dios. El sistema mundano está hecho para ‘agradar a la carne’, para ‘enaltecer’ aún más las bajas pasiones de hombres sin dominio propio, para enardecer y alimentar el fuego destructor de la soberbia, la envidia, la avaricia, la lujuria… es un sistema que gira en un círculo vicioso y se autoalimenta de todo lo malo y negativo que puede extraer de los hombres que buscan honores, aplausos, reconocimientos, amontonar riquezas, luchar por puestos de poder, placer demencial en dominar y aplastar a los que están más abajo con tal de permanecer en la cima…

Una de las tentaciones que el enemigo de nuestras almas le hizo a nuestro Señor Jesucristo fue esta, ¿lo recuerdan?: “y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:9-10).

Satanás le mostró a Cristo todos los reinos de la tierra, y le dijo que se los daría todos, si arrodillado le adoraba… ¡Cristo lo rechazó y satanás se marchó!

Pero los hombres no logran sacudirse el yugo de satanás y por eso son sus esclavos.

Alguno me dirá: “Nosotros no somos el Hijo de Dios”.

¡Hombre necio y sin entendimiento! ¡Duro de corazón y tardo para entender!

El Evangelio, la Buena Noticia, nos dice que si aceptamos al Hijo de Dios, a su Único Enviado, a su Único Mediador, Jesucristo, no sólo seremos salvados de la condenación que le espera a este ‘sistema mundano’, sino que además seremos parte de Dios, y Él será parte de nosotros. O sea, Dios vivirá en nosotros y nosotros estaremos seguros en Dios. A través de su Espíritu Santo, Jesucristo vivirá en nosotros y nos concederá todo el poder necesario para RESISTIR, VENCER, y ESCAPAR de la GRAN ESCLAVITUD a la que están sometidos todos los hombres que rechazan la salvación ofrecida gratuitamente por Dios, a través de Jesucristo.

En Cristo tenemos todo lo que necesitamos: “En Cristo tenemos Salvación, Santificación y Redención de nuestros cuerpos y espíritus”.

¿Qué tenemos que hacer entonces para escapar de este engaño y ponerle fin a esta esclavitud?

¡CREER Y ARREPENTIRSE! ¡RENUNCIAR AL MUNDO Y A SATANÁS Y RENDIRSE AL PODER DE JESUCRISTO!

“Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9).

Ahora ven hermanos míos cómo la “Muerte de Uno” trajo la “vida a muchos”.

Entonces a aquella pregunta de los incrédulos al comienzo de este escrito, ¿Puede la muerte de una persona traernos a la vida? Contestamos abiertamente que ¡Sí!

Jesucristo nos dio la salvación por pura gracia, gratuitamente fuimos salvados, nada hicimos, pues nada podíamos hacer. Esto es prueba del Gran Amor, del Insondable Amor de Jesucristo por la humanidad.

Éramos enemigo de Dios, estábamos insertos en el mismo sistema mundano que hoy vemos que gobierna la vida y las mentes de todos los hombres sin Dios. Más por la Gracia de Dios fuimos quitados, desgajados de ese árbol condenado a la hoguera eterna, y fuimos injertados en el Árbol de la vida Eterna. ¡Y ese Árbol es Cristo!

No se asombren hermanos entonces, que el “mundo” no reciba el evangelio, ni los escuche hablar de él. No se asombren ni desmayen cuando, burlándose de ustedes, los tilden de necios, locos o charlatanes… no vallan tras ellos, cuando los quieran convencer con su ‘falsa sabiduría’, de que sus vidas son más felices y placenteras… ¡Qué poco tiempo les queda! ¡Cómo van a lamentarse el día en que vean venir al Hijo del Hombre desde los cielos con gran poder y gloria!

Van a lamentar ese día porque ya no habrá esperanza para ustedes, sino la horrenda expectativa del jucio. ¡Aún queda algo de tiempo, es ahora!

Recuerden: «Agradó a Dios salvar a los creyentes por medio de la locura de la predicación».

El mundo y el diablo con su falsa sabiduría los están engañado y muchos están siendo engañados…

Sepan sí, que este ‘mundo y su sistema’ tienen fecha de caducidad y están condenados a la destrucción, cuando Nuestro Señor Jesucristo regrese a poner un punto final en toda la maldad del hombre sobre la tierra.

Eso sí, el “ridículo” plan de Dios, es más sabio que toda la sabiduría de este mundo y los verdaderos hijos de Dios son “débiles”, pero lo “débil” de Dios, es más fuerte que todo el poder de este mundo.

“Más fuerte es el que está en ustedes que el que está en el mundo”. ¡AMÉN Señor Jesús!

Bendiciones hermanos, un saludo cariñoso a todo el pueblo escogido de Dios y de Jesucristo, donde quiera que estén. Los saluda su hermano de fe, Fernando Acuña.