“Y al que a Él viene, jamás lo echará fuera. Porque Él puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.”
¡Qué poco conocemos a Dios! ¡Cuántas son nuestras distracciones diarias! ¡Cuán poco nos queremos a nosotros mismos y qué ciegos estamos!
Hermanos, es tiempo de ‘Valorar’ a Jesucristo: “su Vida Intachable e Inmaculada, su Ministerio Poderoso, sus incontables Milagros, su Gran amor y Misericordia y, especialmente, su «Entrega Voluntaria» a una muerte indigna de Él, una muerte salvaje, una muerte brutal y cruel, un sufrimiento que ni todas las narraciones y palabras de este mundo podrán siquiera aproximarse a describirnos…
Tal vez no hablamos lo suficiente de Jesucristo… Tal vez le tememos por debilidad a la justicia de Dios… Tal vez se nos olvida lo principal: “Jesucristo vino en «Forma de Hombre Mortal», compartió todas nuestras ‘Debilidades y Miserias’, más «Jamás Pecó ni Desobedeció» un ápice la sagrada Ley de Dios.
Tal vez sea esto mismo lo que ‘tanto asusta’ a los hombres que se niegan a venir a Jesucristo. Pero es justamente esto la «Garantía de Salvación» de los Pecadores: “Jesucristo vino en forma de hombre y Nunca Pecó”.
¡No tengan miedo de venir a Él!
Él cumplió en su carne y a través de muchísimos padecimientos la Perfecta voluntad del Padre. ¡Él cumplió a la Perfección la Ley de Dios! ¡Nunca lo olvides oh hombre!
Más no se aterrorice tu corazón ni tiemblen de terror tus piernas cuando veas y sientas en ti el poder del pecado que te lleva hacer «aquello que no quieres hacer». ¡No te apartes de Dios! ¡Confía en Dios!
¿Damos licencia para el pecado? ¡No! ¿Somos condescendientes con el pecado? ¡No!
¿Permitimos el pecado y miramos al costado haciendo ‘vista gorda’ ante el mal? ¡No!
“Caemos de rodillas ante la presencia de Dios y a Él clamamos por misericordia.”
Lo hacemos porque, primeramente, se nos concedió el ‘regalo’ de la Fe; lo hacemos porque creemos que, a través de esta ‘débil’ Fe que poseemos, el Señor Jesús se apiadará de nosotros y nos proporcionará ‘más confianza’ para que lo conozcamos cada día más, y logremos un pleno crecimiento en el ‘verdadero conocimiento’ de su ‘propósito’ para nosotros; lo hacemos porque confiamos en que si venimos de corazón al Señor Jesús «Él Nunca nos rechazará».
Hermanos: dije más arriba que es tiempo de ‘Valorar’ a Jesucristo, ahora les digo, es tiempo de ‘Predicar’ a Jesucristo.
Es tiempo de ‘Predicar’ que Jesucristo «se entregó por nosotros» siendo aún nosotros «injustos y pecadores». ¡Sí!
Y estoy seguro de que cuando ustedes «Valoren y Entiendan» la Obra y el Ministerio de Jesucristo aquí en la tierra, comprenderán qué significa la frase: ¡El justo entregó su vida por los Pecadores!
Estoy seguro de que cuando ustedes busquen de corazón a Jesucristo, encontrarán respuesta a sus peticiones y recibirán la ayuda que tanto suplican.
Lo que debes entender, oh hombre, es que nacemos en pecado y necesitamos a Jesucristo para que nos redima de todas nuestras culpas y transgresiones.
Que ninguna «predicación» ponga jamás en discusión que Jesucristo «Murió por los pecadores» y que «Resucitó de entre los muertos«, y ahora, Sentado a la diestra del Trono del Dios Todo Poderoso, «Intercede diariamente» por los pecadores. Por Ti, por Mí, por todos los que a Él vienen.
Hermanos, solo hay una verdad: “Jesucristo murió nosotros y nosotros somos Pecadores.”
“Jesucristo Nunca pecó: el Justo pagó por mis transgresiones; el Santo cargo con mis pecados y culpas; el Inocente sufrió injustamente la paga por mis delitos.”
¡Tan grande es el amor de Cristo por nosotros!
No desprecien el amor de Dios, quién nos llama al arrepentimiento para vida eterna: «Diles: “Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?”»
¡Nosotros somos la Iglesia del Dios vivo!
Una Iglesia recomprada con la ‘Sangre Preciosa’ de Nuestro Señor Jesucristo. Un pueblo escogido de entre una multitud de hombres y mujeres perversos, para servir ahora, a un Dios de Amor que Pagó el precio, un alto precio, la Vida de su Único Hijo.
Acuérdense: “El Justo murió por los Pecadores”.
Tú eres pecador: ven a Jesucristo y no se tomarán en cuenta tus pecados.
Tú eres pecador: ven a Jesucristo pues no serás rechazado.
Tú eres pecador: ven a Jesucristo y serás liberado de tus culpas y transgresiones.
Tú eres pecador: ven a Jesucristo y sabrás qué es vivir y ser libre de verdad.
Tú eres pecador: ven a Jesucristo pues sólo en Él hay Perdón, Redención y Vida Eterna.
Tú eres pecador: si continúas rechazando el mensaje de Dios hoy, ya no habrá misericordia, ya no habrá piedad, solo la expectativa horrenda de Juicio.
¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
El Señor tenga piedad de nosotros y nos salve de este fatal y trágico destino. Amén.
Fernando Acuña.