“El reino de Dios está dentro de ti y a tu alrededor, no en edificios de madera y piedra; corta una trozo de madera y ahí estaré, levanta una piedra y me encontrarás; quien descubra el significado de estas palabras no experimentará a la muerte…” (Evangelio Apócrifo de Tomás)
Hermanos: no piensen mal de mí ni interpreten mal mis palabras. Yo no defiendo la ‘herejía’, si bien este término es una clasificación peyorativa, usada por las ‘doctrinas ortodoxas’, que disparan contra todo lo que se mueve en dirección opuesta a sus ideales, o mejor aún, a sus intereses…
Repito, no comparto mucho de lo que dicen estos textos ‘dejados de lado’ por los primeros Padres de la Iglesia, quienes recopilaron y reunieron los libros que hoy conforman nuestra biblia.
Su hermetismo, misticismo, su ‘carácter iniciático’, mezclados con mucha fábula y gnosis egipcia y griega, oscurecen el mensaje de Jesucristo. Hacen del evangelio algo ‘reservado’ para un grupo minoritario, comprendido solamente por unos ‘pocos elegidos iluminados’…
Ciertamente si el mensaje de Cristo dependiera de estos textos, el cristianismo sería una secta más entre tantas creencias paganas que se disputaban los espíritus y mentes de los hombres antiguos…
Pero gracias a Dios esto no fue así. Y agradezco a Dios por su palabra que nos fue transmitida por aquellos piadosos hombres, que con esfuerzo y claridad de espíritu, guiados por el Espíritu Santo, nos han legado la Verdadera Palabra de Dios.
No creo que para entender la voluntad de Dios tengamos que esperar ‘Revelaciones nuevas’, o apelar a la ‘autoridad’ de Textos que han quedado al margen de canon bíblico, únicamente por su rareza, antigüedad o por la polémica que muchos de ellos despiertan…
¡Todo lo que necesita saber el creyente está contenido en la Biblia que disponemos hoy! ¡Todo está ahí, nada nos hace falta!
Algunos se sorprenderán al leer la frase con que la inicie este trabajo como si la misma contuviera alguna ‘revelación nueva’… pero no es así, dice lo que en muchos pasajes bíblicos se afirma.
A continuación cito algunos de ellos: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas…” (Hechos 17:24-25)
“David obtuvo el favor de Dios y pidió tener el privilegio de construir un templo permanente para el Dios de Jacob, pero fue Salomón quien lo construyó. Sin embargo, el Altísimo no vive en templos hechos por manos humanas. Como dice el profeta: “El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Podrían acaso construirme un templo tan bueno como ese —pregunta el Señor—? ¿Podrían construirme un lugar de descanso así? ¿Acaso no fueron mis manos las que hicieron el cielo y la tierra?” (Hechos 7:46-50)
“Así ha dicho Jehovah: «El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Dónde está esa casa que me edificaréis? ¿Dónde está ese lugar para mi reposo?” (Isaías 66:1)
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” [No hay necesidad de ‘templos’ (Mateo 18:20)]
‘Pero cuando los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios, les contestó y dijo: “El reino de Dios no viene de modo que sea llamativamente observable, ni dirán: ‘¡Miren acá!’, o, ‘¡Allá!’. Porque, ¡miren!, el reino de Dios está en medio de ustedes”’. [El reino de Dios está presente entre todos aquellos que lo aman y obedecen (Lucas 17:20-21)]
No necesitamos apelar a textos ‘apócrifos’, ni tampoco leer los ‘best seller’ de Dan Brown, para ‘descubrir verdades ocultas’, conocimientos y sabiduría antiguas ‘escondidas y silenciadas’ por el vaticano…
Muchos hoy en día leen estas obras de ficción y olvidan que están leyendo una novela… Gran parte de su contenido es popular nada más que por hablar de aspectos de la vida de Jesucristo que los demás evangelios canónicos no mencionan… Se inventan personajes (como en toda obra de ficción), muchas veces se miente descaradamente, se tergiversa y tuerce la historia para hacer creer al lector que lo que se relata en dicho libro es la ‘verdad revelada’… todo eso vende, es puro marketing… hablar de los años de la vida de Jesucristo en los que no se sabe qué hacía, cómo vivía, inventar que estaba casado, que tenía un supuesto romance con la Magdalena, que el ‘santo grial’ no era una ‘copa con vino’ sino una metáfora para referirse a un hijo de Jesús con María, etc., etc., repito, todo eso vende y vende… ¡El morbo que despierta en la gente es increíble! Pero no hay una sola prueba de que todo esto se acerque, siquiera, a la verdad.
Para el que lee el Evangelio y recibe el mensaje de Jesucristo con un corazón humilde, No hacen falta las fábulas y los mitos iniciáticos, las ‘verdades reveladas’ para unos pocos ‘iluminados’ son cosas de sectas paganas, de rituales babilónicos, de los misterios de eleusis en la Grecia clásica…
Cuando la palabra de Dios toca y llena un corazón, revela solo la verdad de Dios. Y para el corazón que busca a Dios de verdad, esta Palabra es tan Poderosa que convence de pecado y llama al hombre al arrepentimiento.
El cristianismo es la religión verdadera porque muestra al hombre, a la vez que la Grandeza, Sabiduría y Poder de Dios, la vileza Humana… La palabra de Dios desnuda el corazón del hombre, le muestra su bajeza, lo convence de pecado, más no lo deja sin esperanza y desalentado, cruelmente abandonado a su suerte… Le muestra la misericordia y el amor Divinos expresados en el sacrificio de su Hijo como paga sus errores. El castigo que era para mí, el Justo Castigo que estaba reservado para mí por mis transgresiones, fue satisfactoriamente pagado por el Hijo Amado y Santo de Dios, Jesucristo.
Y más aún, cuando soy consciente de que en esta vida, todos los días, me sigo equivocando, sigo fallando, puedo estar confiado de que tengo en los cielos, a la Diestra de Dios, a un Abogado, que defiende mi causa: ¡Jesucristo!
Hermanos, hoy en día está de moda comprar estos libros que son presentados como portadores de ‘revelaciones y verdades’ que permanecieron por siglos ‘ocultas’ a los ojos del mundo. ¡Pero todo es mentira!
Con todo esto lo que se quiere es ‘excusar’ al hombre de sus errores, apartarlo de la verdadera enseñanza de Dios, y ocultar el mensaje de Jesucristo, poniendo la mira en fábulas e inventos de hombres…
Hermanos, el mensaje cristiano ‘no es malo’, no es algo ‘pernicioso’, miren cómo tengo que hablarlo… ¡es increíble el punto al que hemos llegado!
Toda la literatura de hoy en día, en este mundo pervertido, quiere hacerles creer a los hombres que el mensaje cristiano va a ‘coartar su libertad’… le dicen al hombre, señalando los pecados de otros hombres, que todos son iguales y que en realidad todas las religiones son ‘un engaño para saquear a los más tontos’…
Hermano, el mensaje de Jesucristo es lo que ‘verdaderamente te hará libre’. Te hará libre de todas estas mentiras, de todos estos lobos vestidos de cordero que te prometen libertad, pero que en realidad, ellos mismos están encadenados a todo tipo de corrupción.
Hermano ¿quieres libertad? ¡Ven a Jesucristo!
Cada vez que leas o escuches que han descubierto un ‘antiguo códice, libro o texto’ con el ‘verdadero mensaje’ de Cristo, ya sabes que no es otra cosa que alguna fábula que tiene como finalidad ‘rebajar el ministerio de Jesucristo’, acusarlo de algún pecado, rebelión o sedición ante las autoridades, etc., etc…
Todo lo que necesitas está en ese Libro que, generalmente, tienes olvidado en algún cajón en tu cómoda o mesa de luz…
¿Has leído algo, algún texto apócrifo que te llamó la atención? Busca en la biblia que tan ‘oculta’ es esa ‘verdad’ que te ha llamado la atención y de seguro la encontrarás ahí, estuvo siempre delante de tus ojos, bajo tus narices…
Tenemos el tesoro más grande de todos y no está oculto, o tal vez sí, lo tenemos olvidado en algún cajón, pero de seguro no está lejos de nosotros, está al alcance de nuestras manos, y de nuestros corazones, es la BIBLIA ¡LA PALABRA DE DIOS! ¡ESTA ES LA VERDAD DE DIOS, SU MENSAJE PARA NOSOTROS, Y ELLA SÍ TIENE EL PODER Y LA AUTORIDAD PARA CAMBIAR NUESTRAS VIDAS! AMÉN.
Hermanos, dejen de creer en mentiras, engaños y doctrinas de hombres.
Los saluda un hermano de Fe: Fernando Acuña.