Sigue siendo un escándalo a los ojos Santos del Creador del universo la ceguera humana…
Que procesos ciegos y al azar dieran origen a sistemas bilógicos complejos…
Que procesos fortuitos y azarosos resultaran en nuevas funciones vitales, órganos, extremidades funcionales, pensadas a futuro…
Que fuerzas ciegas y sin dirección alguna generaran, ‘seleccionando’, diríamos, ‘favoreciendo’, entre los más aptos, más fuertes; ‘modificando’, diríamos, ‘perfeccionando’, de manera maravillosa a seres vivos de todas clases y especies, desde las flores más hermosas, los peces más ‘audaces’, los felinos más poderosos, las presas más ‘tiernas’… las mariposas más delicadas, las serpientes más letales, las arañas más asustadoras, los insectos más ‘graciosos’, ‘colores y plumas’ que son un festival divino a los ojos, y realmente ya no puedo seguir más porque no somos capaces de describir, y faltarían hojas en el mundo para anotar y llevar la cuenta de la diversidad colosal de especies que existen o existieron… más, por último, como corolario, como apéndice, obra culmine y majestuosa, fuerzas ciegas y azarosas, fuerzas ‘casi licenciadas’ jugaron con la genética más compleja y avanzada hasta el punto que ni el mejor científico de Harvard logra entender aún y, ‘eligiendo’ al azar, a algo parecido con un simio en aquél entonces, y decidieron estas fuerzas, mejor, esta ‘diosa creadora’ llamada ‘selección natural’, decidió entonces ‘retocar’ a este afortunado ‘ente’, y continuó transformándolo, mejorándolo, favoreciéndolo, hasta convertirlo en el ser más inteligente, audaz, parlanchín, obstinado y capaz de toda la naturaleza…
Y es realmente escandaloso el cuento que nos cuentan hoy, falsos profetas, de que fuerzas aleatorias y ciegas fueron capaces de formar seres de toda clase de la nada, sin concierto y sin propósito alguno, y que tal vez la obra cumbre de todo este acto teatral, sea un hombre pensante y consciente que ha llegado a la increíble conclusión de que sus creadores, los autores de tamaña obra prima, nunca desearon tal cosa… nunca tuvieron en ‘mente’ tal ‘diseño y propósito’…
Y ahora esta madre ‘desnaturada e inconsciente’, llamada ‘selección natural’, demuestra su enfado con este hombre ‘pensante y consciente’, ‘creando’ a partir de los más puros simios (sin lugar a dudas no podemos negar su clara relación filogenética), a otros hombres, no sé decirles si son pensantes, para perseguir y maltratar a todos aquellos que, dándose cuenta del fraude más grande y la mentira más burda que se haya contado jamás, deciden mirar hacia arriba y también a su alrededor, y contemplando la majestuosidad de la obra que lo rodea, dar un GRAN GRACIAS AL ÚNICO CREADOR DE TODAS ESTAS MARAVILLAS: JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS.
Hermanos: lo que les cuentan a sus hijos en las escuelas, y lo que les venden a ustedes como ciencia y sabiduría científica, esto es la teoría de la evolución de las especies mediante selección natural, es una obra cómica y la mentira más grande jamás contada, cuyo único objetivo es negar la existencia de Dios.
No hay un término medio aquí: o se cree en las mentiras de los hombres-mono, o se cree en la palabra de Dios.
No existe forma de conciliar estas dos visiones: una es atea, invención del hombre para verse libre del juicio de Dios…
La otra es la verdadera e implica obedecer y creer a Aquél a quien un día deberemos rendir cuentas.
Decidan ustedes a quién quieren creer: Si a Dios o al hombre.
No olviden que días amargos esperan a la humanidad en este mundo y en esos días se les obligará a escoger entre estas DOS visiones de la vida: Los que quieren creer y obedecer a Dios y los que se levantan contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto.
Unos pueden matar el cuerpo, más no pueden tocar el alma…
Hay Uno en los cielos, Dios de vivos y de muertos, que sí tiene el poder y la autoridad para hacer perecer tanto el uno como la otra…
La elección que hagan en esos días de Gran Tribulación, es lo que decidirá el futuro eterno de sus almas.
Creemos que esto es locura… Más el misterio de iniquidad ya está operando en este mundo.
Oremos a Dios para que nos guarde y mantenga nuestros corazones fielmente apegados a su verdad. Amén.
Fernando Acuña.