Hermanos en Cristo: todos los hijos de Dios tenemos una lucha, una carrera y una meta.
El premio a todos estos desafíos es: “El supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
No importa por todo lo que estén pasando. Yo sé que hay muchos hermanos de fe en todo el mundo, que están pasando cosas realmente terribles.
¡No obstante no se rinden!
Puede ser que tú no tengas las mismas luchas y no enfrentes las mismas dificultades que otros cristianos.
¡Eso no importa tu lucha no es menor! Ten presente las palabras del Apóstol Pedro: “Sabiendo que en todas partes del mundo los hermanos de ustedes están sufriendo las mismas cosas”. (1 Pedro 5:9)
No debemos desalentarnos, recuerden que para “los que Aman a Dios todas las cosas les ayudan para bien”. (Romanos 8:28) ¡Cómo no cuesta darnos cuenta de esto!
Ponemos demasiada atención en la tormenta y no lo miramos más atentamente a Él: “A Jesús, el autor y consumador de nuestra fe”. (Hebreos 12:2)
Quiero que sepan que por estas mismas experiencias pasaron también hombres eminentes en la fe como Pedro, Pablo, Tomás, entre otros tantos y tantos santos, escogidos en Cristo para salvación y gloria eternas…
Ellos también tenían dudas; recuerden las palabras de Tomás cuando recibió el mensaje de la resurrección de Jesucristo: «No lo creeré a menos que vea las heridas de los clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga mi mano dentro de la herida de su costado» (Juan 20:25)
Luego, Jesús volvió a aparecerse a sus discípulos y Tomás tuvo la oportunidad de ver y tocar al Maestro y dejar de ser ‘incrédulo’ y creer de corazón. Sin embargo, ‘no fue rechazado’ por Cristo a causa de sus dudas… ¡Luego, pasó a predicar a Cristo con todo su corazón!
Pero ‘todos ellos’ tenían dudas, miedos, temores, y sin embargo, Cristo cumplió su promesa: Vino a ellos y, cuando partió, les envió su Espíritu Santo.
Esta es la fuerza y la razón de la expansión de la fe cristiana por el mundo: ¡La presencia del bendito Espíritu Santo de Nuestro Señor entre nosotros! ¡No estamos solos! ¡Dios está con nosotros! ¡El Espíritu de Jesucristo vive en nosotros!
Hemos recibido todo lo que los Apóstoles recibieron. El mismo Espíritu, el mismo evangelio, el mismo testimonio.
Debemos caminar con Cristo, creerle a Dios. ¡Dios es veraz!
No seamos ‘incrédulos‘ como Tomás. ¡Benditos los creen sin verme dijo el Señor!
Hermanos, no importa contra qué estén luchando ahorita mismo. Jesucristo, el Dios de la Resurrección y la Vida está con ustedes, así como está conmigo. ¡Creámosle!
Ayer abrí mi biblia y me deparé con el evangelio de Mateo. Allí vi esta palabra, cuando el señor lo llamó: ¡Sígueme!, le dijo. (Mateo 9:9)
Dios nos habla a través de su palabra. Otra vez lo repito: ¡Creámosle!
Sigamos a Jesús, él nunca nos rechazará: “«Sin embargo, los que el Padre me ha dado vendrán a mí, y jamás los rechazaré»” (Juan 6:37)
¿Estás luchando contra algún pecado en particular? ¡Sigue a Jesús!
¿Estás enfrentando dificultades de todo tipo? ¡Sigue a Jesús!
¿Estás enfermo o sufriendo opresión? ¡Sigue a Jesús!
¡Síguelo no importa contra qué te estés enfrentando!
¡Dios es nuestro escudo grande y nuestra salvación!
¡No estamos solos, Jesús está con nosotros! Amén y Amén.
Fernando Acuña.