«Resistencia a la Palabra de Dios»

Queridos hermanos de fe en Jesucristo, Bendiciones. Quiero compartir con ustedes hoy, como lo hago siempre, una reflexión muy interesante e íntima, y creo que lo mismo les ha pasado a algunos de ustedes a lo largo de su peregrinaje como cristianos.

Hoy, por ahí quizás, si es que Cristo Jesús transformó y cambio sus vidas con su poder, por medio de su Espíritu que Él nos dio, ustedes han ‘avanzado’, ustedes han ‘crecido’ y ‘madurado’ como creyentes y, contemplando un poco su pasado y analizado cuánto han progresado en su diario caminar como cristianos renacidos, ahora logran ver qué clase de vida vivían ‘antes’ de conocer a Cristo… Y como ha cambiado su visión del mundo y de las cosas de este mundo, tal cual las consideraban antes, cuando vivían sumergidos en él y haciendo todo lo posible para agradarse a sí mismos.
Quién sabe hermanos, ya les sucedió el hecho de que estaban un día leyendo la Biblia en sus casas, para ver si encontraban alguna palabra o frase de Jesucristo que les diera el aliento o el estímulo, para lograr aquellas cosas o metas que tenían fijadas en sus vidas. Esto mismo me pasó hace mucho tiempo a mí, cuando todavía llevaba una vida desordenada, sumergida en las cosas del mundo.

Como dice el Apóstol Pablo, «vivía para hacer los deleites de mi carne y de mis pensamientos».

Mi madre siempre tuvo en casa una biblia y estaba en la mesa de luz del cuarto. Nunca fuimos una familia de practicantes celosos, ni concurríamos a ‘Templos’, sin embargo, guardábamos una Fe, que más se asemejaba a ‘superstición’ que a una ‘Fe genuina’ en Cristo… (Dígase de paso, esta ‘Fe genuina’, sólo puede existir verdaderamente, y resistir verdaderamente, los embates de las ‘pruebas y tempestades’ de la vida, cuando existe un ‘verdadero conocimiento’ de Cristo, de su ‘Plan de salvación’, de sus promesas, y una ‘comprensión real’ del camino y de la vida que fuimos llamados a seguir en este mundo)
Bueno, creo que esta ‘Fe supersticiosa’ es una especie de ‘Patrimonio Universal’ de todos los que sin ser ‘practicantes o religiosos confesos’ (me refiero a personas que no concurren a ninguna iglesia, ni están adheridos a ninguna confesión en particular), si son consultados en temas de fe, dicen ‘creer en Jesucristo’, y afirman sin vacilación creer que existe ‘algo más allá’ que, debido a su propia ignorancia y desconocimiento de la palabra de Dios, no entienden ni comprenden.
Pues bien, no recuerdo hermanos que era lo que tenía en mente pedirle a Dios en aquella ocasión en especial, pero con toda seguridad, se trataba de alguna de las tantas vanidades y estupideces con las que solía entretener mi mente diariamente…

Recuerdo haber tomado la biblia en mis manos (nunca más lo olvidé, ya deben haber pasado unos 20 años) y leer el capítulo 6 del Evangelio de Mateo, versículo 33 que dice así: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas”.
Recuerdo y lo repito, nunca más logré olvidarlo, cómo me impactaron estas palabras de Jesucristo. No porque fuera yo, siquiera un ‘creyente’ en aquella época, pues me hacía ‘la idea’ de que Dios era una especie de ‘Títere’ que estaba al servicio nuestro y que tenía la ‘obligación’ de actuar a mi favor, para hacer o darme aquellas cosas que yo pedía en ‘oración’… (Aquello que yo balbuceaba, y que no eran más que pura insensatez y blasfemias, no puede ser llamada ‘oración’)

Esta ‘Fe’, creo, es el patrimonio de muchos hombres y mujeres que no conocen a Cristo y por esto mismo tienen el entendimiento cegado. Cuando no conocemos a Dios tenemos la aberrante idea de que ‘Él debe ayudarnos’, además de permitirnos continuar viviendo en nuestros ‘pecados y lujurias’. Pero esto no funciona así y por eso nos equivocamos tanto y tantas veces en nuestras vidas.
Recuerdo como luchaba contra aquellas palabras de Cristo, porque yo  de ‘ninguna manera’ quería ‘dejar atrás al mundo’, las ‘cosas del mundo’…

Esto me decía a mi mismo, y me sentía perplejo, porque, en cierta medida, mi ‘conciencia’, me decía que todo lo que yo hacía, que toda mi manera de vivir estaba en ‘oposición’ a la palabra de Dios. Más yo no quería ‘cambiar’…

Quería seguir siendo el mismo ‘pecador contumaz’, disfrutar y atiborrarme con las cosas del mundo y los placeres de la carne. Yo no quería dejar aquellas cosas y sentía que ‘era demasiado’ pedirme aquello, me impactaba, y también me encontraba turbado y me sentía entristecido, como si yo fuera a ‘perder’ las cosas ‘más preciadas del mundo’… ‘lo más valioso de mi vida…’

«Esto es lo que tengo que dejar, me decía, para alcanzar la justicia del reino de Dios; debo dejar atrás todo lo que soy»… ¡Qué pérdida para mí! Pensaba…
En otras ocasiones, me decía: «Yo vivo en el mundo… ¿Cómo no voy a amarlo…?»

¡Oh hermanos, este es el pecado que mora en mí!

Este es el ‘viejo hombre’, viciado con las cosas del mundo, que no pretende perder ni dejar atrás.
¡La justicia de Dios es demasiado para él!

Se queja, rezonga, dice ¡Oh qué carga! ¡Qué yugo éste!
Y así nos quejamos y protestamos sin percibir, sin entender las palabras de Cristo: “Venid a mí todos los están cargados y fatigados y yo los haré descansar…” y “Mi yugo es liviano y dulce”, dice el Señor Jesús.
El mayor error de nuestras vidas hermanos, hoy que está de moda la palabra “libertad”, es creer que ‘sin Cristo somos libres’. ¡Qué gran engaño! ¡Qué gran mentira! ¡Cuánta ceguera!
Somos esclavos de todos los vicios y no tenemos la más mínima libertad para decidir algo sin estar ‘influenciados’ por ellos. Cada uno, sin Cristo en su vida, decide algo siempre guiado por su egoísmo, y pensado más en su provecho y ganancia que en ayudar, siquiera, a un hermano de sangre, sin interés…
Esto somos nosotros hermanos, sin Jesucristo. Estamos sumergidos en los más bajos instintos. Y no significa que luego de haber recibido a Cristo en nuestras vidas, no tengamos que seguir batallando en contra de las más fieras pasiones y bajezas, ya que es aquí cuando recién ha comenzado el combate.

Pues ‘antes de conocer a Jesucristo’ hacíamos lo que queríamos y, como dice el Apóstol: ‘Éramos libres en cuanto a la Justicia’… (Romanos 6:20) Más llegado el Espíritu de Vida de parte Dios, estamos obligados a ‘servir por amor’ a Aquél que se entregó por nosotros.

Muchas veces caemos y somos cruelmente derrotados por nuestro ‘viejo hombre’, que no vende barato su derrota. Pero también ‘crecemos y aprendemos’ con las caídas, pues ellas nos hacen depender siempre de Cristo y pedirle siempre más a Él, que es el Único que siempre está dispuesto a levantarnos, a vivificarnos y alimentarnos con su palabra.
Hermanos, encontrarán muchas veces que una frase o palabra de la biblia encuentra ‘resistencia’ en sus almas. Esta resistencia son los ‘pecados y errores’ que guardamos dentro de nosotros.

A veces puede ser falta de ‘perdón’. A veces puede ser por omisión… Son muchas las causas y las cosas que nos hacen tropezar.

Pero la consecuencia es la misma: nos sentimos mal porque encontramos en nosotros resistencia a la palabra de Dios.
Debemos orar cuando esto sucede hermanos. Debemos pedirle a Dios que nos purifique y limpie de todas las cosas inmundas que nos atormentan y enredan.
Si nos diéramos cuenta cuán débiles somos, y cuánto dependemos de Cristo para todo, entonces, seríamos más humildes.

Cuando me miró a mí mismo, y veo ‘el pecado que me asedia’, las ‘cosas que fácilmente me enredan’, cómo soy débil muchas veces para lidiar con todas estas circunstancias de mi vida, entonces hermanos, agacho mi cabeza y mi deseo es borrar toda ‘ficticia soberbia’, porque el creerme algo que no soy, también está presente en mí, y  pensar que merezco más cosas que otros también, y me quejo conmigo mismo porque las tales bendiciones no llegan, o tardan…
Pero cuando me miro hermanos veo que aún en nuestros ‘mejores momentos’ todo está ‘manchado de pecado’ y que nuestras obras son como ‘trapos de inmundicia’…
Entonces, y sólo entonces, elijo la humildad y el soportar con paciencia las cosas que me son enviadas. Dios sabe lo que hace. Yo sé que en ‘todo’ soy más que vencedor en Aquél me amó y se entregó por mí.
Hermanos, cada uno de nosotros en nuestro caminar cristiano, tiene experiencias y vivencias que pueden enriquecernos y de esta manera ayudarnos unos a otros, porque esto es lo que Dios nos pide que hagamos. Por esto pongo por escrito estas ‘cosas’ mías… no me avergüenza contarlas. Quién sabe algún lector se sienta identificado con estas historias y cobre ánimo y fuerzas para seguir luchando y no desistir.
Espero haberlos ayudado hermanos. Un abrazo fraternal en Cristo Jesús a todos sus Hijos, donde quiera que se encuentren. Amén
Fernando Acuña Pintos.

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5 Responses to «Resistencia a la Palabra de Dios»

  1. Avatar de Palomino Palomino dice:

    Creo que es mejor que no escriba tanto y mejor exhorte a leer la biblia pues el que mas y el que menos lee todo eso que esta escrito . Ademas, haga si propia opinion ,la personal.Siempre menciona a Pablo y El fue humano y hablo segun su criterio de las cosas asi que no soy de los que se convierten en repetidores aburridos de lo que dijo Pablo , lo que dijo Samuel …etc etc etc…pues los profetas eran humanos y tambien dijeron cosas que no fueron divinas sino su propia interpretacion…A Jesus no lo reconocieron por lo dicho por el Profeta que Dijo » Vendra a Salvar a su pueblo y vendra con bara de hierro para exterminar al enemigo y convertirlo en polvo » EL no vino a guerrear con espada sino con palabras y con amor… El profeta lo vio como el salvador y rey que aplastaria a los romanos…Lo llevaron a la cruz,lo mataron, no era el mesias que decian sus erradas escrituras. Asi que no crea literalmente lo que la biblia dice pues tiene verdades pero tambien mucha contradiccion, mitos ,leyendas heredadas de los pueblos vecinos de los hebreos que existian antes que ellos mismos. Si hay un pueblo escogido ese es CALDEA de donde es Abrahan a quien Dios escogio y le deben los hebreos a ese pueblo su existencia…Asi que hay que ser JUSTOS.

  2. Avatar de Palomino Palomino dice:

    No escriba tanto de lo mismo…haga sus exposiciones concretas ,resumidas,porque redunda mucho para expresar lo que desea y esto no conduce mas que al astio.

  3. Avatar de Yarela Yarela dice:

    A mí me gustó. Gracias por escribirlo.

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